¿Qué es la supercomputación?
Los superordenadores, los titanes del mundo informático, son asombrosos por su potencia y sus capacidades. Empujan los límites de lo que es posible con la tecnología, abordando desafíos que están más allá del alcance de las computadoras cotidianas. Su capacidad para permitir avances en ciencia, ingeniería e infinidad de otros campos es verdaderamente notable. Pero, ¿qué es exactamente lo que hace que un superordenador sea "súper"?

Definición de superordenadores
Un equipo personal estándar es ideal para explorar la Web o escribir mensajes de correo electrónico, y los equipos servidor pueden entregar grandes volúmenes de solicitudes de usuario a gran velocidad, pero los superequipos están diseñados para una variedad diferente de tareas. Esto es lo que los diferencia:
- Velocidad y potencia de proceso sin igual: Los superordenadores realizan cuadrillones de cálculos por segundo, medidos en flops (operaciones de coma flotante por segundo) (petaflops o incluso flops exa para el superordenador más rápido), eclipsando las capacidades de los ordenadores estándar. Esta potencia bruta les permite procesar conjuntos de datos enormes y ejecutar simulaciones complejas en una fracción del tiempo.
- Paralelismo masivo : En lugar de un solo procesador como el portátil, un superordenador utiliza miles de procesadores que funcionan en conjunto. Este "procesamiento en paralelo" les permite dividir los problemas masivos en fragmentos más pequeños y resolverlos simultáneamente, acelerando considerablemente la computación.
- Abordar los problemas más complejos : Las supercomputadoras se construyen para manejar los problemas computacionales más desafiantes del mundo, desde la simulación de la evolución del universo hasta la predicción del impacto del cambio climático. Son herramientas esenciales para el descubrimiento científico, el avance tecnológico y la solución de desafíos sociales críticos.
En un sentido más amplio, la supercomputación es un subconjunto de la computación de alto rendimiento (HPC), una agrupación más amplia de computadoras con capacidades sobredimensionadas.
Breve historia de la supercomputación
La búsqueda de usar computadoras más rápidas y poderosas ha impulsado la innovación durante décadas. En 1964, Seymour Cray diseñó el CDC 6600, a menudo considerado el primer superordenador, con una velocidad sin precedentes de 3 megaflops.
El Cray-1, lanzado en 1976, consolidó aún más el dominio de Cray Research, convirtiéndose en un icono de supercomputación con su distintivo diseño en forma de herradura. En 1997, Deep Blue de IBM hizo historia al derrotar al gran maestro de ajedrez Garry Kasparov, mostrando el potencial de IBM y otras supercomputadoras en inteligencia artificial.
La década de 2010 vio el ascenso del procesamiento masivo paralelo, que llevó al desarrollo de supercomputadoras con cientos de miles de procesadores, empujando el rendimiento a la gama de petaflop. En 2022, HPE Cray's Frontier en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge se convirtió en el primer superordenador de exaescala capaz de realizar más de un quintillón de cálculos por segundo.
Anatomía de un superordenador
Un superordenador es un sistema complejo con componentes especializados que trabajan juntos para lograr un rendimiento extremo:
- Procesadores : El corazón de un superordenador, a menudo compuesto por miles de CPU o GPU, que trabajan juntas para realizar cálculos.
- Memoria La memoria de alta capacidad y alto ancho de banda es crucial para almacenar y acceder a grandes cantidades de datos en tareas de supercomputación.
- Interconectar red : Una red de alta velocidad conecta los procesadores, permitiéndoles comunicarse y compartir datos de manera eficiente.
- Almacenamiento Los superordenadores requieren sistemas de almacenamiento masivos para albergar los enormes conjuntos de datos utilizados en simulaciones y análisis.
- Sistema de refrigeración: Un superordenador genera un calor tremendo, por lo que necesita soluciones de refrigeración sofisticadas para evitar daños y garantizar un funcionamiento estable gracias a la refrigeración.
Esta combinación de hardware de vanguardia y software sofisticado permite a las supercomputadoras enfrentar los desafíos computacionales más exigentes del mundo.
Aplicaciones de la supercomputación
Las supercomputadoras no tienen que ver sólo con la velocidad en bruto y la potencia de procesamiento; son herramientas indispensables para enfrentar algunos de los desafíos más complejos y apremiantes del mundo. Desde la revelación de los misterios del universo hasta el diseño de medicamentos que salvan vidas, las supercomputadoras están impulsando la innovación y el descubrimiento en una amplia gama de campos.
Investigación y descubrimiento científicos
Las supercomputadoras han revolucionado la investigación científica, permitiendo a los científicos explorar fenómenos que antes estaban fuera de nuestro alcance. Por ejemplo, su papel en la modelización climática y la predicción meteorológica proporciona predicciones más precisas de los fenómenos meteorológicos extremos y las tendencias climáticas a largo plazo, lo que inspira fascinación y asombro.
En la elaboración de modelos climáticos y la predicción meteorológica, los investigadores utilizan superordenadores para simular las complejas interacciones de la atmósfera, los océanos y las masas de tierra de la Tierra, con lo que brindan predicciones más precisas de los fenómenos meteorológicos extremos y las tendencias climáticas a largo plazo.
Esta información es crucial para mitigar los impactos del cambio climático y proteger vidas y propiedades.
En genómica y descubrimiento de fármacos, las supercomputadoras analizan grandes cantidades de datos genéticos para identificar mutaciones causantes de enfermedades y desarrollar terapias dirigidas. Este trabajo está acelerando el desarrollo de la medicina personalizada y dando lugar a avances en el tratamiento del cáncer y otras enfermedades.
En la astrofísica y la exploración espacial, las supercomputadoras están utilizando su poder para simular la formación de galaxias, la evolución de las estrellas y el comportamiento de los agujeros negros, ampliando nuestra comprensión del universo y de nuestro lugar dentro de él.
Ingeniería y diseño
Los superordenadores son esenciales para que los ingenieros diseñen y optimicen sistemas complejos con una precisión sin precedentes. Las supercomputadoras simulan el flujo de aire y la integridad estructural en el diseño de aviones y automóviles, lo que conduce a vehículos más eficientes en el consumo de combustible y más seguros.
También desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la tecnología de conducción autónoma. En la exploración de petróleo y gas, las supercomputadoras analizan datos sísmicos para identificar posibles reservas y optimizar las estrategias de perforación, aumentando la eficiencia y reduciendo el impacto ambiental.
En la ciencia de los materiales, las supercomputadoras simulan el comportamiento de los materiales a nivel atómico, lo que lleva al desarrollo de nuevos materiales con propiedades mejoradas para aplicaciones en la industria aeroespacial, electrónica y otras industrias.
Empresa e industria
Las empresas están aprovechando cada vez más la potencia de las supercomputadoras para obtener una ventaja competitiva. Por ejemplo, la modelización financiera analiza las tendencias del mercado y los factores de riesgo, lo que permite tomar decisiones de inversión más fundamentadas. El papel de las supercomputadoras en los algoritmos de negociación de alta frecuencia y el análisis de datos es realmente impresionante y digno de apreciación.
También potencian algoritmos de negociación de alta frecuencia que ejecutan transacciones en milisegundos. En análisis de datos e inteligencia empresarial, una supercomputadora analiza conjuntos masivos de datos para identificar patrones y perspectivas, lo que ayuda a las empresas a comprender el comportamiento de los clientes, optimizar las operaciones y desarrollar nuevos productos y servicios.
Los superordenadores detectan y previenen los ciberataques en la ciberseguridad, protegiendo los datos sensibles y las infraestructuras críticas.
Cómo funcionan los superordenadores
Las supercomputadoras logran su increíble performance a través de una combinación de hardware y software especializados que funcionan en perfecta armonía, lo cual es esencial en aplicaciones avanzadas de procesamiento de datos.
Comprender cómo funcionan estos sistemas revela el ingenio detrás de su capacidad para enfrentar las tareas computacionales más exigentes del mundo.
Procesamiento Paralelo Como Clave
En lugar de depender de un solo procesador como un equipo típico, los superordenadores utilizan una vasta red de procesadores que trabajan en conjunto. Dividen tareas complejas en fragmentos más pequeños y manejables y los distribuyen entre estos numerosos procesadores.
Cada procesador trabaja de forma independiente en su porción asignada, combinando los resultados para producir la solución final. Este enfoque acelera drásticamente la computación, permitiendo a las supercomputadoras resolver problemas imposibles de manejar para las computadoras tradicionales.
Arquitecturas de computación de alto rendimiento (HPC)
Los superordenadores emplean arquitecturas especializadas diseñadas para la informática de alto rendimiento (HPC) para implementar de forma eficaz el procesamiento en paralelo. Estas arquitecturas varían en cuanto a diseño y organización, pero todas apuntan a maximizar la eficiencia y el rendimiento.
Una arquitectura común es el clúster, donde numerosos equipos individuales están interconectados para formar un único y potente sistema. Estos equipos, a menudo denominados nodos, trabajan juntos para resolver problemas, compartir recursos y comunicarse a través de una red de alta velocidad.
Otro enfoque para la investigación y otras tareas de supercomputadoras es el procesamiento masivamente paralelo (MPP, por sus siglas en inglés), donde miles de procesadores están estrechamente integrados dentro de un solo sistema, trabajando en sincronía para lograr un performance extremo. Estas arquitecturas, junto con otros diseños especializados, proporcionan la infraestructura para que los superordenadores afronten una amplia gama de desafíos informáticos.
Software y algoritmos para supercomputación
El uso de la potencia del procesamiento paralelo requiere software especializado y algoritmos diseñados para explotar las capacidades únicas de un superordenador.
Estas herramientas y técnicas permiten a los programadores distribuir tareas de manera eficaz entre varios procesadores, administrar la comunicación entre ellos y garantizar la utilización eficaz de los recursos.
Lenguajes de programación como MPI (Message Passing Interface) y OpenMP (Open Multi-Processing) proporcionan marcos para desarrollar aplicaciones paralelas, lo que permite a los programadores expresar el paralelismo más rápido inherente a su código.
Además, las bibliotecas especializadas y los algoritmos están optimizados para entornos de supercomputación, proporcionando soluciones eficientes para las tareas informáticas cotidianas.
Esta combinación de software y algoritmos garantiza que las supercomputadoras puedan utilizar eficazmente su inmensa capacidad de procesamiento para resolver problemas complejos.
Superordenadores frente a Equipos cuánticos
Si bien tanto las supercomputadoras como las computadoras cuánticas representan la cumbre del poder computacional, operan sobre principios esencialmente diferentes, cada uno con sus propias fortalezas y limitaciones.
Comprender estas diferencias es crucial para apreciar las capacidades únicas de cada tecnología y el potencial de colaboración futura en la computación más rápida.
Diferentes Enfoques del Cálculo
Los superordenadores se construyen sobre la base de la investigación de la computación clásica, que se basa en bits para representar información como 0 o 1. Sin embargo, a través de la investigación y el desarrollo, surgió un nuevo paradigma de supercomputadora: inmensa potencia a través de un paralelismo masivo, empleando miles de procesadores que trabajan en conjunto para realizar cálculos a velocidades increíbles.
En contraste, las computadoras cuánticas aprovechan los principios de la mecánica cuántica, utilizando qubits para representar información como 0, 1 o una combinación de ambos simultáneamente.
Este fenómeno, conocido como superposición, permite a las computadoras cuánticas explorar múltiples posibilidades a la vez, lo que potencialmente les permite resolver problemas específicos exponencialmente más rápido que incluso las computadoras clásicas más rápidas.
Fortalezas y limitaciones de cada tecnología
Las supercomputadoras son excelentes para resolver problemas complejos de investigación que se pueden dividir en tareas más pequeñas y procesarse en paralelo. Son ideales para simulaciones, análisis de datos y otras aplicaciones que requieren una enorme potencia de cálculo.
Sin embargo, se enfrentan a problemas inherentemente secuenciales o implican un alto grado de incertidumbre. Las computadoras cuánticas, por otra parte, prometen abordar problemas insolubles para las computadoras clásicas más rápidas, como simular el comportamiento de las moléculas, romper los códigos de encriptación y optimizar los sistemas complejos. Sin embargo, las computadoras cuánticas actuales todavía están en sus primeras etapas de desarrollo, con recuentos limitados de qubits y problemas de estabilidad.
Potencial de colaboración
En lugar de ver las supercomputadoras y las computadoras cuánticas como tecnologías que compiten entre sí para ser utilizadas, hay un creciente interés en explorar su potencial para ser utilizadas para la colaboración.
Una vía prometedora es usar supercomputadoras para simular y diseñar algoritmos cuánticos, que ayudarían a acelerar el desarrollo de la computación cuántica. Otra posibilidad es integrar procesadores cuánticos en arquitecturas de supercomputación, creando sistemas híbridos que aprovechen las fortalezas de ambas tecnologías.
Esto podría llevar al descubrimiento de medicamentos, ciencia de materiales e inteligencia artificial a través del aprendizaje de máquinas cuánticas.
Supercomputadoras y IA
La inteligencia artificial (IA) transforma rápidamente nuestro mundo, alimentándolo todo, desde los automóviles autoconducidos hasta el diagnóstico médico. Sin embargo, entrenar e implementar modelos sofisticados de IA, especialmente aquellos que tratan con conjuntos masivos de datos, requiere una inmensa potencia computacional. Aquí es donde entran en juego las supercomputadoras, que actúan como los motores que impulsan la innovación en IA.
Aceleración del desarrollo y la formación de IA
El desarrollo de sistemas avanzados de IA y modelos de aprendizaje intensivo implica capacitarlos en grandes cantidades de datos. Este proceso de entrenamiento requiere realizar miles de millones, incluso billones, de cálculos para optimizar los parámetros del modelo y mejorar su precisión.
Las supercomputadoras, con su incomparable potencia de procesamiento, aceleran significativamente este proceso de capacitación.
Por ejemplo, los modelos de lenguaje de gran tamaño (LLM) como GPT-4, que pueden generar texto de calidad humana, están entrenados en conjuntos de datos de texto masivos que contienen miles de millones de palabras.
La capacitación de estos modelos en las computadoras convencionales más rápidas podría tomar meses o incluso años. Sin embargo, las supercomputadoras pueden reducir este tiempo de entrenamiento a días u horas, lo que permite a los investigadores iterar más rápido y desarrollar modelos de IA más sofisticados.
El futuro de la supercomputación
El cálculo de Exascale, capaz de realizar al menos un exaflop (un quintillón de cálculos por segundo), representa un hito significativo en el supercálculo.
Estas máquinas ya están abordando algunos de los problemas más desafiantes del mundo, desde la simulación del cambio climático hasta el diseño de nuevos medicamentos. Sin embargo, la búsqueda de equipos más rápidos y potentes no se detiene en exascale.
Los investigadores ya están explorando la próxima frontera: la computación a escala Zetta, que apunta a lograr un aumento de mil veces en el performance sobre los sistemas ExaScale.
Es probable que estas futuras supercomputadoras incorporen arquitecturas novedosas, como la computación neuromórfica inspirada en el cerebro humano, y aprovechen tecnologías emergentes como la computación cuántica y la fotónica.
Más allá de la velocidad raw, las supercomputadoras más rápidas del futuro también tendrán que enfrentar desafíos de complejidad de programación, consumo de energía y movimiento de datos. Nuevos enfoques, como la computación en memoria y los aceleradores de hardware especializados, serán cruciales para maximizar la eficiencia y el performance.
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